domingo, 30 de octubre de 2011

Obra de Arte

Me encanta contemplar tus sinuosas curvas, las cuales han sido las culpables de enloquecer a más de una persona que miente en definirse como alguien libre de pecado. Son tan firmes, tan marcadas, que resulta imposible apartar la mirada de tu cuerpo.


¡Daría cualquier cosa si tan sólo pudiera tan solo rozar esa obra de arte! 

Eres perfecta. ¿Lo sabías? Probablemente has sido pretendida por más de un galán, más tu altivez y tu narcisismo, impostado a la perfección con tus encantos, han sido los factores idóneos para mantenerte a la espera del complemento perfecto que tanto has aguardado.
Eres tan simple y tan compleja que fascinas al instante. Te has convertido en esa mujer capaz de cautivar todos mis sentidos en un instante. Basta con mirarte fijamente para conectarme con tu esencia, y así, despertar todos nuestros deseos y conducirlos a la búsqueda de los placeres prohibidos.
Te conviertes en mi cómplice y en mi amante al mismo tiempo, y cada contacto con tu cuerpo me recuerda que aún hay vida en mi ser, sangre corriendo por mis venas y miles de sentimientos que quedaron anidados en mi corazón. Tenerte a mi lado ha sido la bendición más letal que he tenido en toda mi vida.
Indudablemente, puedo confesarte que eres lo que he estado esperando. Y no me avergüenza demostrarte que estas palabras sean sólo el principio de lo que la noche nos depara. Ahora ven, y dejemos que el resplandor de las estrellas se apodere de nosotros.
¡Es hora de que nuestros cuerpos comiencen a general la magia que hemos guardado por tanto tiempo!

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