jueves, 4 de junio de 2015

Palabras

No había amor ni compromisos que los unieran de forma estrecha. Sólo su palabra; la promesa más leal, pero a la vez desdeñada por la mayoría de los hombres en estos tiempos donde la moral no tiene cabida en la vida de los mortales.

Ella sólo jugaba. No buscaba más que resolver sus asuntos y pensar que le veía la cara de imbécil.

Él se divertía. Puede que sí tuviera ese semblante, pero era un poco más inteligente de lo que ella creía.

Ambos esperaban el momento indicado para arrancar las caretas de su prójimo, sólo que él no lo hacía por la diversión que le generaba el engaño de esa mujer, y ella a su vez, buscaba preservar mantener a ese imbécil que le ayudaba aún conociendo sus malas intenciones. 

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