miércoles, 10 de agosto de 2016

Sin espacio para otras perversiones

Olvida todo lo que has planeado. Permite que ambos podamos sentir y disfrutar de este momento sin limitaciones ni prejuicios. Todo estará permitido...

¿Estás dispuesto a que intentemos alcanzar nuestros sueños?

Quizás no son los mismos, quizás nuestra historia termine en el momento en que empiece a ser contada. No estoy en la búsqueda de un hombre con quien pasar mi vida entera y tú, querido, tampoco buscas un virgen inmaculada que te acompañe por el resto de tu vida.

Ambos deseamos lo mismo, ¿por qué es tan difícil llevarlo a cabo si ambos hemos dejado las cosas claras?

Ven, hagamos las travesuras que de niños nunca te atreviste a realizar. Permíteme ser tu cómplice y tu secuaz. Date la oportunidad de seguir con ese juego y acompáñame a hacer otras vivencias parecidas.

Escucha, mira, observa por primera vez lo que realmente soy. Una extensión de ti mismo. El reflejo que no te gusta observar porque, como aquel conjuro, destruiría la imagen de lo que crees que eres.

¿Desde cuándo te dio tanto temor ser tú mismo? ¿Por qué decidiste esconder tu forma de ser? ¿Qué te hizo decidir alejarte de mí?

Es tiempo de fundirnos de nuevo. Aquí no hay espacio para otras perversiones. Lo único que nos salvará será el amor. Lo demás, puede esperar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario