domingo, 4 de marzo de 2012

Reinvención

Qué tonto ha sido. Se ha dejado caer por tan poco en el abismo de la mediocridad, creyendo ser un personaje tan grotesco y deplorable que busca olvidar bajo una cortina de lágrimas e indiferencia, y se ha interesado solamente en provocar lástima en todas aquellas personas que le conocen y le rodean.

¿Su mayor logro? Provocar las burlas crueles y frías de la gente que le ve pasar por las calles de la ciudad, personas tan vacías y comunes que se ríen de sus propios defectos y carencias.

Tan cobardes y vanas como este pobre infeliz; que noche a noche busca el consuelo de sus penas bajo una copa de licor y los cálidos brazos de un fantasma del ayer.

Y mientras formula un complejo soliloquio que le regalará en unas horas a la luna, los mentirosos, a los que él llama “amigos”, formulan nuevas ideas para destrozar aún más su ya maltrecha existencia.

Su ingenuidad le ha cegado, ya que las personas que realmente buscaban su bien, fueron derrotadas por sabandijas que sólo permanecen en los buenos tiempos, las mismas que huyen cuando han acabado contigo.

Para colmo, su espíritu de aventura y creación de realidades infinitamente imaginarias ha quedado rezagada por su amor a la locura matizada con pizcas de depresión intermitente. Su plan ha fallado, y el fracaso se ha convertido en su mejor amigo, el alcohol en su más fuerte apoyo y la soledad en su perfecta compañera.

Su vida se ha convertido en una historia monótona de recuerdos vanos, recordados en aquellas narraciones que al menos le permitían volcar todo un cabaret de sensaciones en aquel tintero que residía junto a los valores antiguos personificados en un sombrero de bombín.

Eran aquellas letras impresas las que se habían transformado en los fantasmas crueles de su existencia; se encontraba ya cansado de los recuerdos de su muñeca rota, que ahora se encontraba empolvada en un rincón rodeada de esos buitres que jamás la dejarían salir. 

Ni siquiera el alcohol habría podido calmar esas líricas lastimeras que surgían durante cada parpadear de sus recuerdos de burdel.

Más lo que nadie sabe, es que este desdichado esta harto de su realidad, y que esta noche esta dispuesto a sacrificarlo todo para ser feliz…con las consecuencias que esto acarrea.

Hoy se ha dado cuenta, que el mañana no existe, que lo verdaderos cambios comienzan al momento y que si no es valiente para enfrentarse a la vida, nunca saldrá de su infierno.

Se liberaría de los recuerdos del ayer, de las cadenas del pasado y de todo el rencor que albergaba en su interior. (Una mueca que se asemeja mucho a una sonrisa se dibuja en su rostro, contrastando abismalmente con su monótona y aburrida cara de depresión y desconsuelo).

La música vuelve a fluir por sus venas y la chispa de la alegría enciende su mirada apagada por la tristeza y el rencor.

-Es ahora o nunca- se repite una y otra vez mientras va creando en su mente un carnaval de felicidad que espera impaciente su apertura, acallado bajo el silencio de la monotonía y de las costumbres de la vida.

Tenía como testigos fieles a luna y a las estrellas, en el proceso de reinvención de aquel hombre de la vida maldita. Ese hombre que una noche prefirió romper el estereotipo de vida que él mismo había creado, con un cambio tan simple, tan honesto y tan sublime como una sonrisa.

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