sábado, 24 de diciembre de 2011

El vestido Rojo

Desde que entraste a este lugar, te convertiste en el centro de atracción de infinidad de miradas lujuriosas que te desnudan descaradamente y te convierten en la musa de sus fantasías más depravadas. Pobres ilusos…Ellos saben que nunca pasarán una noche con alguien como tú y sólo se conforman con dejar volar la imaginación.

Te divierte saber lo que provocas en todo aquel que te observa, pues la mentira es un arte que manejas a la perfección. Siempre has sido demasiado sutil en tu juego. Conoces tus encantos y los escondes bajo un vestido rojo que no puede ocultar la sensualidad de tu cuerpo. Sabes que esta noche nadie escapará de tu hechizo mortal.

Comenzaste a bailar al compás de la decadencia y el desenfreno, entre charlas arrabaleras y copas de vino que se resistían a desaparecer.

Mas desde que mi mirada fue atrapada por tu silueta, mi mente y mi corazón no se han dejado de cuestionar: ¿Qué hay debajo de ese vestido rojo? ¿Cuál es tu misterio, cuál es tu verdad?

¿Será acaso un corazón desangrado por el desencanto que se encargó de teñir la pureza de un vestido blanco ansioso por amar?
O quizás el recubrimiento de las ruinas de una pasión desteñida por el amor de hoteles baratos, de esos que van de la mano del whisky y la cocaína.

Puede ser que sólo esconda el óleo de una mujer que pretende encontrar al hombre con la chequera más grande que haya visto en la vida. Total…Se dice que del amor al dinero nace la impostura de una vida feliz, con la promesa de amor verdadero incluida en el paquete.

O, sencillamente, las ruinas de un cariño que se cansó de esperar y prefirió marchar a las ruinas de una glotona ciudad, listo para ser devorado por la indiferencia y la soledad.

Las divagaciones me atormentan en una noche que está a punto de terminar; el baile de tus caderas se ha detenido y tus manos, impacientes, comienzan a llamarme sin cesar. Atravieso la pista entera, ansioso por robar un beso de tus angelicales labios.
Más tú dulce voz me recibe con una infernal sentencia:

-Debajo de este vestido se encuentran las respuestas que tanto buscas…¿Qué estás esperando para comenzarlo a quitar?

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